Herlán J. Varona Socías
“Es necesario elevarse sobre los montes para ser visto desde lo lejos”. Leyendo esta frase del apóstol de Cuba: José Martí, vino a mi mente la imagen de ese grande de la colombofilia cubana y universal que fue el Dr. Víctor Manuel Pérez Lerena. Figura que supo elevarse con humildad y dedicación en este hermoso deporte llamado colombofilia, a la que dedicó casi toda su vida desde que en 1904 se hiciera miembro de la Sociedad Colombófila de la Habana y no cesó en su empeño hasta que cerró sus ojos y pasó el umbral de lo desconocido, como él mismo dijera, en el año 1965.
Nacido el 18 de Septiembre de 1891 en La Habana, Cuba y graduado de Doctor en Medicina en la Universidad de La Habana en el año 1917, comienza a tener palomas con su hermano el Sr. Francisco Pérez Lerena en 1899, haciéndose colombófilo activo en 1904, fecha en la que comienza su labor incansable a favor de difundir la Colombofilia haciendo propaganda en periódicos y folletos. Desde las páginas de los periódicos “El Mundo” y “El Camagüeyano” escribió crónicas y artículos haciendo un llamado a las huestes colombófilas de aquellos años para elevar el entusiasmo del pueblo de Cuba por este deporte y luchó por erradicar el egoísmo de conocimientos existente llamando a la creación de una cátedra donde se profundizara el conocimiento en la práctica del mismo.
Por sus condiciones excepcionales de compañero, hombre de honor, afectuoso y luchador incansable se convierte en miembro de la Junta Directiva, donde ostenta los cargos más altos desempeñándolos brillantemente y dando auge a la Colombofilia Cubana.
Dedicó su vida a la consolidación y engrandecimiento de la colombofilia en Cuba, luchando desde los mismos inicios por la creación de la Federación Colombófila de Cuba, para lo cual trabajó arduamente haciendo un llamado a la extensión de la práctica colombófila por toda nuestra isla; lo cual se recoge en un artículo publicado el 11 de mayo de 1925 en “El Camagüeyano”, motivado por la creación de la Sociedad Colombófila de Camagüey, donde expresa: “Un grupo de entusiastas aficionados al más interesante y noble de los sports, laboran intensamente en la legendaria y cubanísima ciudad de Camagüey, organizando una Sociedad Colombófila. La idea es de una importancia grande, toda vez que significa un paso de avance en la edificación de la que en un día, quizás no muy lejano, sea la gran Federación Colombófila de Cuba”. Más adelante hacía un análisis de las causas que impedían en aquel momento la extensión por todo el país de la práctica colombófila y añadía: “La formación de nuevas sociedades colombófilas en diferentes lugares de la isla sería a nuestro modo de ver las cosas un factor decisivo en la realización de esa bella idea que hoy parece una quimera. Los camagüeyanos han dado la voz de marcha y con su ejemplo, digno de imitación, puede iniciarse el avance definitivo hacia la realización de la Federación Colombófila Cubana por la que hemos abogado desde hace muchos años” y concluía diciendo: “Hace falta que se imite ese ejemplo en Oriente, Las Villas, Matanzas, San Antonio de los Baños y Pinar del Río. Entonces, solo entonces, la Colombofilia habrá triunfado entre nosotros. Reconozco que es difícil pero no imposible. Solo falta dedicar energías a realizar una activa propaganda y el éxito coronará nuestro esfuerzo”.
Con una visión futurista hizo un llamado en 1929 para que los colombófilos cubanos cultivaran sus propias palomas, que tendrían sus propias características y estarían adaptadas a nuestro medio y clima, sentando las bases para el surgimiento de la Paloma Mensajera Cubana.
Es bueno señalar que el Dr. Pérez Lerena tuvo un gran maestro en el también Doctor. Félix Suárez Garro, de quien se habla poco, pero fue manager de toda una generación de colombófilos y el primer colombófilo cubano en publicar un libro cuando en 1925 salió a la luz pública “Tratado Práctico de Colombofilia y Sport Colombófilo”. Excelente cuaderno ilustrado que sirvió de enseñanza a muchos cubanos y que aún nos ayuda a enriquecer nuestra cultura colombófila. De él decía el propio Pérez Lerena: “Hombre de talento excepcional y cultura enciclopédica, amigo sincero, maestro comprensivo y alentador, que tanto contribuyó con sus prédicas y el ejemplo vivo de sus propias acciones a la formación de mi modesta personalidad como apasionado investigador de los secretos de la colombicultura”.
Siguiendo la ruta de su maestro, Víctor M. Pérez Lerena, con ese arte que tenía para llevar sus opiniones y enseñanzas de forma tan sencilla a quien lo leía, logró cautivar a cuantos han tenido el privilegio de leer sus obras, que se han convertido en verdaderos clásicos de la literatura colombófila de habla hispana por su gran importancia, que aún en nuestros días mantienen su vigencia y han servido para ayudar a la formación de muchos colombófilos tanto dentro como fuera de nuestro país.
Entre sus obras se encuentran:
-Contribución al Estudio del Apareamiento en Triángulo como Medio de Cultivo Consanguíneo de la Paloma Mensajera. Editado por el Boletín Colombófilo Nacional, Santander (España), 1950.
-Temas Colombófilos. Editorial Agramonte. La Habana (Cuba), 1951.
-Alimentación Racional de la Paloma Mensajera. Editor Roberto Roch, Barcelona (España), 1958.
-La Preparación para los Concursos. Editor Roberto Roch, Barcelona (España), 1958.
-La Coloración del Plumaje de la Paloma Mensajera. Editor Roberto Roch, Barcelona (España),1958.
-Standard y Teoría del Ala Perfecta. Editor Roberto Roch, Barcelona (España), 1959.
-Los Concursos de Pichones. Editor Roberto Roch, Barcelona (España1960.
-Anuario Cuba Colombófila. Editoriales: Pastor Herrera y Hermanos Montiel, La Habana, 1924, 1927, 1928, 1929, 1930, 1931, 1932, 1933, 1934, 1935 (Diez Tomos).
-Souvenir Book of Stassart’s visit. ( En idioma inglés). Editado por Hermanos Montiel, La Habana (Cuba), 1935.
-Nomenclator del Hogar de los Stassarts en Cuba. Editorial Agramonte, La Habana (Cuba), 1956.
Además de estas obras dejó en preparación:
-Contribución al Estudio de los Bricoux.
-Stassart y los Stassart.
-Figuras de la Convención. ( Ensayos sobre colombófilos norteamericanos).
-Apuntes para la Historia de la Colombofilia en la Isla de Cuba.
-Impresiones de un Viaje Colombófilo.
Se destacó como colombicultor dedicándose al cultivo de la raza Stassart, a la que se dedicó en unión de su hermano Francisco Pérez Lerena creando el llamado “Hogar de los Stassart en Cuba”, manteniéndolas hasta su muerte.
Por sus méritos fue nombrado Socio de Honor en varias Sociedades dentro y fuera de Cuba como la Sociedad Colombófila de la Habana, Sociedad Colombófila de Holguín, Sociedad Colombófila de Matanzas, Sociedad Colombófila de Camagüey, Sociedad Colombófila de Pinar del Río, (todas estas ubicadas en Cuba). Sociedad Colombófila del Centro de Portugal, Sociedad Colombófila de Venezuela, Sociedad Colombófila de Lima (Perú), Miembro Correspondiente del Instituto de Estudios Colombófilos de España, Miembro Correspondiente de la Real Federación Colombófila Española. Asesor Técnico de la Asociación Colombófila Mexicana (México) y Miembro Corresponsal del Club de Fondo Columba (Barcelona-España).
Fue director, editor y publicista de las revistas Cuba Colombófila y los Anuarios Colombófilos que editaba la Sociedad Colombófila de la Habana; así como en la Gaceta Colombófila de Cuba, en los que escribía artículos de gran interés, semblanzas colombófilas, entrevistas a destacadas figuras de la elite de la colombofilia cubana, editoriales y demás con tanta elocuencia que al leerlas nos parece estar viviendo aquella época.
Colaboró con las siguientes publicaciones especializadas: Boletín Colombófilo Nacional y Colombofilia Mensajera (España), Las Revistas Alas, Columbas y Mundo Colombófilo (Argentina),Boletín Colombófilo Mexicano (México),The Racing Pigeon Bulletin, American Racing Pigeon News y Racing Pigeon Review (Estados Unidos), Boletín de la Sociedad Colombófila de Venezuela (Caracas), La Revista Columbofilia (Brasil), Causa Columbófila y Mundo Columbófilo (Portugal) y del Mensajero Colombófilo de Bélgica.
Por todo esto recibió la “Medalla al Mérito Colombófilo”, otorgada por la Sociedad Colombófila de la Habana (Cuba).
Muchos fueron sus méritos y enseñanzas a través de sus diferentes obras de las que deseo resaltar algunas que a nuestro modo de ver resultan de gran interés. Abogó por la constitución del Museo Colombófilo Cubano, por la creación de la Federación Colombófila de Cuba, incitó al cultivo y consolidación de la Paloma Mensajera Cubana, hizo aporte sobre el empleo del apareamiento en triángulo como medio de cultivo y mejoramiento de la paloma mensajera, fue un incansable luchador por la unión de todos los colombófilos cubanos.
De él decía el destacado colombófilo Sr. Celestino Rivera Campa, en palabras pronunciadas a nombre del Club Clásico de Fondo, con motivo del Homenaje que se le rindiera en la noche del 10 de Agosto de 1957 y que resume todas sus virtudes y grandeza: “Hombre modesto, trabajador incansable por el auge del deporte y progreso de la Sociedad Colombófila de la Habana y por el engrandecimiento de la Colombofilia de habla española. Es una institución dentro de la S.C.H. Los que lo tratamos no sabemos si lo queremos más por su dominio de la colombofilia o por sus dotes de caballerosidad, amigo y su genial elocuencia. Creo que equivocó la carrera, porque sus condiciones para la oratoria son excepcionales. Su verbo elocuente, la profundidad de su pensamiento, la belleza de su prosa, la peculiaridad de su estilo y sobre todo el acendrado amor por la colombofilia y acto de los colombófilos le dan tal colorido que lo hacen merecedor de ser el orador por excelencia de la S.C.H durante más de medio siglo. Es de los que se dan por entero, de los que rinden ferviente culto a la amistad y a todo lo que signifique unión. Dice lo que siente tal como sale de su corazón con su verbo afectuoso ungido de adjetivos amables y frases cariñosas. Sin dejar de ejercer su carrera de médico y robándole horas al sueño, estuvo escribiendo en las noches sobre colombofilia, no por afanes económicos, sino por puro ideal. Se mantuvo durante más de medio siglo ostentando los cargos más altos, siendo querido y respetado por todos, lo que demuestra que tiene cualidades extraordinarias de gigante, con un corazón que solo le permitió dar cariño y olvidar las heridas. Tiene que tener mucho de Cristo y una filosofía muy humanista. Su labor es conocida mundialmente, nuestra Patria es conocida colombofilamente por la labor literaria de ese paladín de nuestro deporte que se llama Víctor M. Pérez Lerena. Es toda una existencia consagrada a enaltecer a la colombofilia, a profundizar en el estudio de la ciencia colombófila y la intención y el genio de su palabra han obtenido los frutos de su noble y constructivo afán, conducto e ideario que le hacen merecedor de la gratitud de todos los colombófilos cubanos y de habla hispana. Su vocación extraordinaria para la colombofilia, supeditando todo a ella, viviendo para ella, manteniendo vivo el entusiasmo por la paloma mensajera, creando clubes, alentando a valores nuevos, encontrando un equilibrio entre lo nuevo y lo viejo hacen que siga siendo un valor positivo dentro de la institución colombófila habanera y una figura alrededor de la cual se reúnen los nuevos socios y los más viejos”.
Por todo esto se considera el 18 de Septiembre, día de su natalicio, como el “Día del Colombófilo Cubano”, para de esta forma rendirle tributo a su memoria. Hoy día sus obras siguen teniendo valor y vigencia. Aunque no pudo ver constituida la Federación Colombófila de Cuba, por la que tanto abogó desde el primer cuarto del pasado siglo, su sueño se ha hecho realidad y sus ideas y pensamientos aún perduran al extenderse la práctica colombófila por toda la isla de Cuba con solidez indestructible. Como dijo el Sr. Rivera Campa, Víctor se mantiene entre nosotros, en nuestros corazones y siempre vivirá en el recuerdo de todos como un hombre ejemplar, del que no sabemos si debemos querer más por lo que hizo por la difusión y engrandecimiento de la colombofilia o por mantener la unión entre los colombófilos, regando por doquier una frase amable, un adjetivo cariñoso, una oración bondadosa, sembrando siempre cariño. Su ejemplo nos seguirá guiando como Estrella Polar.
En este 18 de Septiembre he querido dejar correr mi pluma para de esta forma rendir homenaje al más grande de todos los colombófilos cubanos, al Maestro Víctor Manuel Pérez Lerena, cuya memoria honramos y agradecemos eternamente.
Por: Herlán J. Varona Socías.
Camagüey, Cuba. 18/09/03.
Wednesday, January 10, 2007
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